miércoles, 5 de enero de 2011

Budismo Chán (chino)

El Budismo Chan se desarrolló en China, donde se asentó desde el siglo I. Al principio era una mera transposición del budismo indio, entre cuyas principales actividades estaba la traducción y el estudio de textos. Progresivamente se desarrollan varias escuelas del budismo, una de las cuales es la escuela Chán. Se considera que las formas tempranas del budismo Chán surgen en el siglo VI a partir de la influencia de diversos sūtras o textos sagrados del budismo mahāyāna, todos ellos de procedencia india, a los que más tarde se les añadirá una serie de apócrifos.

El carácter directo e intuitivo de este tipo de tradición budista anima al discípulo a mantener su atención en el momento presente, confiando en la sabiduría innata de todo ser humano para realizar todo su potencial.

Se subraya el carácter innato de la budeidad en todo ser vivo, lo cual ejercerá una influencia crucial en el budismo chino, japonés y de todo el sudeste asiático. La importancia radical en esta idea es que reconoce la posibilidad de que los laicos alcancen un nivel espiritual tan alto como el de un monje. Este concepto ha sido fundamental en la expansión del mahāyāna y, consecuentemente, también del Zen japonés.

La efervescencia de estas ideas en el budismo temprano de China tiene lugar como reacción contra una excesiva erudición e intelectualismo presentes en el budismo chino de entonces, aunque recibirá a su vez la influencia directa de varias de esas escuelas centradas en el estudio, como la Tiāntái o la Huáyán. Estas escuelas harán surgir un nuevo estilo de práctica y de entender la enseñanza, centrado en una vía intuitiva y directa que pretende propiciar cierto estado mental (el Samādhi o Kenshou) previo al completo despertar espiritual o nirvāna.

Por lo tanto, este nuevo tipo de budismo se centra en el cultivo de la mente o meditación, cuya traducción china es la palabra chán. En chino, a esta escuela se la llama directamente "Escuela de meditación" (Escuela del Chan). El resto de escuelas dedicaban buena parte de su tiempo al estudio de textos, ya que consideraban que su lectura entrañaba la acumulación de méritos para el despertar. La escuela del Dhyana estableció un nuevo enfoque, en el que el cultivo de la propia mente se convierte en el centro de la práctica budista.

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