El budismo de Nichiren pone énfasis en la entonación del rezo en voz alta, como postura esencial, en lugar de la meditación silenciosa.Nichiren (1222-1282) estableció que expresar, decir: Nam-myoho-renge-kyo es un reconocimiento y un acto de humildad hacia el Principio que rige las funciones de la Vida en el Universo; la Ley por la cual todos los Budas se iluminan. La humildad es el verdadero aspecto de la vida del ser humano que, por tener la posibilidad, es quién debe acatar lo Superior de manera conciente y voluntaria.
Nichiren consideraba que recitar repetidamente estas palabras es el camino directo hacia la Iluminación, o sea, a la superación de una postura y actitud equivocadas.
Nichiren instauró una forma de práctica que permitía a todas las personas lograr la budeidad (actitud humana correcta), más allá de su condición social o nivel de educación.
Nichiren alentó a sus seguidores a que tuvieran fe en que la entonación de Nam-myoho-renge-kyo, haría emerger en ellos la naturaleza de buda inherente, mediante la cual podían acendrar su sabiduría, coraje, convicción, vitalidad y amor compasivo, además de superar los desafíos de la vida diaria y establecer un estado de inamovible felicidad en sus vidas.
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