El planteo inicial del Buddhismo, de alcanzar las propias cumbres en el proceso de autorrealización como persona, ha afrontado muchas dificultades y propuestas. Es tan difícil alcanzar eso que Buddha dice que se puede alcanzar, que numerosas escuelas proponen sus propios métodos.
Para obtener el dominio de sí mismo es preciso asumir el control y el conocimiento del cuerpo y la respiración, el manejo de las emociones en diferentes situaciones, la estabilidad del pensamiento, y la sincronización con los movimientos exteriores (tanto de objetos como de personas y seres vivos), la empatía y la introspección. Esto es común al Budō japonés como al Tai Chi y el Kung-Fu chinos.
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