Los humanos tenemos:
- El don del habla; la palabra, y por medio de ella tenemos la abundancia del desarrollo espiritual, un tesoro inmenso para dar ofrecer, compartir e intercambiar.
- La conciencia clara y distinta del Yo, que vivimos como el eje de la conciencia del universo.
- Los ojos, la capacidad de observación e interés inagotable.
- El Espíritu, que surge y se eleva de la materia.
- Tenemos poder, tenemos autoridad. No somos víctimas ni pasivos. Y nuestra acción e influencia es abarcativa, aunque no estemos presentes.
Tenemos el poder de espantar el mal y ejercemos soberanía dentro de nuestro radio de acción, mediante lo cual podemos resistir la entrada del mal o componer lo desarmonizado.
- Tenemos la capacidad y la posibilidad de amar, “sin límite y sin fin”.
- Somos capaces de triunfar sobre nuestra ignorancia y nuestras dificultades y limitaciones, y este es el símbolo de nuestra esencia humana.
- Podemos alcanzar la realización de nuestros objetivos a pesar de todas las dificultades, resolviéndolas, evitándolas, superándolas y hasta aprendiendo de ellas.
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